7.11.08

Vintage pop para estrujar corazones. Las noches en el desierto son frías a pesar de la luz neón.


El sentimiento de pérdida y la nostalgia. No existe un salvoconducto para pasarlos de largo. A veces incluso te asaltan a traición. Tal vez porque les gusta ser protagónicos, tal vez porque es humanamente imposible vivir y morir sin ellos, los ingredientes genéticos del amor y el desamor.
Semejante noria emocional tiene un nombre:
Glasvegas, la banda que convirtió el melodrama de crinolinas y el pop de la era 'philspectoriana' en su flamante álbum debut, una estocada directa al corazón, un exprimidor de jugo ocular tan-absolutamente-vintage-pero-tan-absolutamente-moderno que no podía pasar desapercibido en los tiempos de la música artificial.
En su disco epónimo, los de Glasgow otorgan al rock clásico toda la musculatura del 'noise rock', una mezcla que sirve como el telón de fondo perfecto para los sufridos falcetes del vocalista James Allan.
En el año en que el pop decidió mirar a los años '80,
Glasvegas decidió mirar más allá, forzar la máquina del tiempo hasta los días de las rockolas más coloridas. El resultado son diez canciones envaselinadas y pedregosas, un pin-up ajado donde una chica de 1963 tiene el rimel corrido porque su acetato de 45rpm de Be my baby está rayado, lo que implica que nunca (pero lo que se dice nunca) podrá volver a suplicar por amor.
Recordar es volver a sufrir.

GLASVEGAS ••••
Artista:
Glasvegas Sello: Sony BMG Año: 2008 Duración: 42'
Indispensables en tu MP3 player:
Flowers and football tops / Daddy's gone / Geraldine / It's my own cheating heart that makes me cry / Go square go
Foto: SONY BMG

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