12.11.08

Copos de nieve caían sobre mí. Al derretirse, parecían lágrimas. Navidad en noviembre.

Tal vez porque diciembre es chapucero o tal vez porque desde pequeños nos educan para ser unos sentimentales, pero tengo la impresión de que muchas de nuestras primeras canciones favoritas son villancicos. Con los años y tras escucharlos una Navidad tras otra, comenzamos a darlos por sentado y, por lo tanto, se nos vuelven chocantes o invisibles. Si alguien me dijera "oye, hay una banda tocando villancicos como nunca los has escuchado; Noche de Paz, Jingle Bells, todas suenan como nuevas", yo no lo creería. La excepción sería si las versiones fueran de Béla Fleck & The Flecktones. Inmediatamente abandonaría la incredulidad.
Por segunda ocasión, el genio del banjo Béla Fleck visitó Guadalajara acompañado de Victor Wooten, Future Man y Jeff Coffin para ofrecer un concierto de genialidad tras genialidad, de música y no de imagen, para "desorbitar" los tímpanos, no los ojos.
Cuatro hombres, un escenario desprovisto de artificios y la música más jugosa del mundo en un recital donde las bases fundamentales del bluegrass volvieron a conectarse con un jazz musculoso, de alturas insospechadas. Béla y compañía representan sin duda "las grandes ligas de las grandes ligas".
Durante la noche hubo de todo: canciones navideñas en versiones súperenriquecidas, jamming, intervenciones en solitario, muchos gritos, aplausos y hasta besuqueos podológicos.
Con un Victor Wooten que de nueva cuenta nos ofreció un solo perfecto, mucho más emocional y aplastante que en su visita anterior (si es que eso es posible), un Future Man incansablemente lúdico y un Fleck tan magistral como magisterial, los 135 minutos de concierto se diluyeron como agua.
Me soñé ahorcado (pero sonriente) con una cuerda de banjo.

Béla Fleck & The Flecktones. 11 de noviembre de 2008. Teatro Diana (Guadalajara, MX). 2,000 personas.
Foto: FLECKTONES TOURS

2 comentarios:

Unknown dijo...

Que envidia tengo!!!

Do the Doo dah dijo...

TE ODIO

YO QUERIA VERLOS°!!!!!1!

(nótese mi desesperación)