20.10.08

Radicales y libres. El ataque del pop recreativo e impoluto, o cómo perdí mi corazón entre globos.

A diferencia de otras bandas escandalosas, sobreexpuestas por la prensa 'mainstream' o regaloneadas por el hype lisonjero, The Flaming Lips se han ganado su estatus totémico gracias al más esencial de los aspectos: la música. Porque una banda de rock sin música no es más que un remedo fashonista de los escenarios, una imagen sin contenido, un 'superstar' artificial, una guitarra eléctrica desenchufada, muda.
Para redondear el concepto (y su grandeza), en el caso de los Lips, por supuesto, no sólo priva la música sino un concepto integral donde lo visual se presenta como el complemento perfecto para ofrecernos el big-bang definitivo del rock alternativo, del post-todo y el pre-nada. Colores, figuras pueriles, consignas trascendentes, poesía de estantería digital, principios básicos y visión de vanguardia. Coincidencias y divergencias que han hecho de The Flaming Lips una de las bandas más ricas en directo, los grandes maestros en el arte de desorbitar los ojos, descorchar los oidos y destornillar las quijadas de los espectadores.
Así de claro nos quedó a todos los asistentes al MotoRokr Fest 08, edición Guadalajara, donde los Flaming Lips hicieron gala de todas y cada una de sus virtudes en un espectáculo de globos, serpentinas, confetti, colores, botargas y canciones: una auténtica bacanal pop, donde temas como The Yeah Yeah Yeah Song, Do you realize? y el alegórico Yoshimi battles the pink robots se llevaron tanto el atardecer como el anochecer. El artista de oficio, el ser humano hipnótico. Tu voz me atraviesa de lado a lado.
Quien también entregó una actuación memorable fue Trent Reznor con su Nine Inch Nails.
Evidentemente, NIN se erigió como el cierre perfecto tras una maratón de más de 10 horas de música. Material nuevo, material experimental, himnos de la talla de Closer, Hurt y The hand that feeds integraron la parte musical con la que se apuntaló una de las producciones más cuidadas que haya visto este año en el terreno visual. Si los ojos tuvieran orgasmos, aquel hubiera sido uno de los mejores coitos de su vida. Palabra. Todos aquellos sensibles a las maravillas visuales deberían darse la oportunidad de apreciar el espectáculo de NIN, sus luces, sus trucos, su poderío gráfico. Y claro, la magnética personalidad de Trent, quien no pierde sus cualidades de seductor en penumbras.

Otros actos destacados fueron los ofrecidos por los australianos (hoy radicados en Inglaterra) Pendulum con su electro-rock para danzarines con amortiguadores; los Stone Temple Pilots que brillaron más por las aptitudes de Scott Weiland como 'entertainer' del alt-rock que por otra cosa; así como The Kooks y MGMT (en plan cumplidor y nada más).

Qué barbaridad de festival.


Motorokr Fest.
19 de octubre de 2008. Explanada López Matéos. (Guadalajara, MX). 10,000 personas.

(Con NIN, The Flaming Lips, Stone Temple Pilots, MGMT, The Kooks, Paramore, Pendulum, el Cuarteto de Nos, LeBaron, Yokozuna, Mindless Self Indulgence, Los Búnkers)
Fotos: 1. The Flaming Lips: WARNER MUSIC / 2. Nine Inch Nails: THE NULL CORPORATION-R. SHERIDAN.

17.10.08

Con M de MTV

Con M de música. Con M de monumental. Con M de Metallica. Con M de México. Y con M de Guadalajara. Sí, de Guadalajara.
Con la precisión quirúrgica que requiere un evento de envergadura internacional como Los Premios MTV, millones de espectadores disfrutaron desde sus hogares la entrega de "lenguas" 2008. Los que estuvimos presentes en esa gran fiesta fuimos testigo de una historia menos glamorosa, precisamente como el auténtico trabajo de quirófano durante una intervención de vida o muerte: cómo se arma un evento de tal magnitud, cómo se suda la gota gorda al frente y detrás del escenario, cómo se puja por una logística lo más eficaz posible, cómo se sacan fuerzas de flaqueza con tal de que el producto audiovisual transmita la energía fiel de un directo.
A tres lustros de su entrada a Latinoamérica, la cadena de videos más famosa del mundo se vistió de quinceañera (como lo hizo Katy Perry en su accidentada —y, por tanto, jocosa— presentación) para entregar un evento de contrastes: lustroso e imperfecto, extremo y pueril, estrambótico y complaciente, pero eso sí, con mucha alma y con toda la idiosincracia de la MTV contemporánea, lo cual se circunscribe a los objetivos y expectativas planteadas.
Al final, nos quedamos con los momentos memorables: Julieta con mariachi, Cafeta con Calle 13, Zoé y la Sariñana, el reencuentro con los ex VJ's (aún los mejores que ha tenido la cadena), la caída de Perry, la revelación de Paramore en directo, las gargantas desgarradas de las chicas que le gritaban a Jared Leto en la alfombra roja, el catálogo de estrellas que la cadena trajo a Guadalajara, la grandiosidad del Auditorio Telmex a cuadro y la merecida ovación de pie a Metallica, totémicos y pulcros en la primera ejecución en vivo de su más reciente sencillo The day that never comes... Y claro, nos haremos un lavado de cerebro para olvidar los momentos más demeritorios: las actuaciones de Tokio Hotel (aplaudida pero tramposa, y los más críticos y observadores seguro que me entienden) y de Moving On (debutantes poco convincentes).
Desde hoy, Los Premios MTV 2008 con sede en Guadalajara son un recuerdo, un buen recuerdo, sobre todo por haber sido más musicales y menos verbales que sus antecesores. Al final de eso se trata todo, ¿no? De música pop.

Los Premios MTV 2008. 16 de octubre de 2008. Auditorio Telmex (Guadalajara, México). 11,000 personas en vivo.
Foto: MTV

9.10.08

A veces puedo ver tu alma. "James" no es otro nombre propio.

Lo confieso. Aunque soy admirador de James (tengo sus discos, me sé sus canciones) nunca imaginé que el concierto que estaba a punto de ver iba a convertirse en uno de los mejores de este año en Guadalajara: Cerca de tres mil personas, 130 minutos de canciones con doble encore, una banda que trabaja la materia prima del pop rock con la pericia que sólo da la experiencia, y un Tim Booth de batería autorrecargable, inagotable, de voz hipnótica y movimientos epilépticos.
Con un set list extendido frente a lo que han tocado en otras plazas, los integrantes de James demostraron que han exudado los venenos del stardom para enfocarse en una sana fidelidad musical, una congruencia estilística que pocos pueden presumir. En directo, su sonido en estudio permanece pero no se repite, parece inmune a las erosiones del tiempo y las tendencias. Es música pop palpitante.
A lo largo de la noche, James privilegió los cortes más brillantes de su nuevo álbum "Hey Ma" (Waterfall, Bubbles, Oh my heart, la oda sobre la migración en México Upside así como el que da título al disco), pero sin descuidar sus clásicos más categóricos (She's a star, Laid, Sit down, Tomorrow, el coreadísimo Sometimes, Getting away with it (All messed up), Just like Fred Astaire, el infaltable Say something...).
Una noche de energía circulante. Una noche en la que todos nos llamamos "James".

James. 8 de octubre de 2008. Foro Expo (Guadalajara, México). 2,500 personas.
Foto: MERCURY RECORDS

8.10.08

El amor nos destrozará una y otra, y otra vez. Radiografía de un icono pop.

Sobria y estupenda. Atmosférica y rotunda como cada canción de Joy Division. Así es Control, la bio-pic multipremiada sobre la vida de Ian Curtis, trágico cantante y compositor británico fallecido en 1980 a los 23 años de edad. Como suele pasar en los anales del rock, Curtis se convirtió en mito e inspiración, en el revolucionario de un género ya de por sí revolucionario.
Filmada bellamente en blanco y negro, con actuaciones emotivas y con un ritmo parsimonioso y elegante, Control nos relata cómo fue que Ian (interpretado a cabalidad por Sam Riley) se casó abruptamente, cómo se deformó su matrimonio, cómo se convirtió en el vocalista de Joy Division, cómo se transformó de pronto en una de las figuras más frescas y sin precedentes del rock inglés, cómo enfrentó su epilepsia… y cómo un trágico final opacó su genialidad una semana antes de iniciar su primera gira internacional, y dos meses antes del lanzamiento del segundo disco de su banda.
De principio a fin, la película se desliza sobre la pantalla con discreción e intimidad, desgajando al héroe para que el público lo abrace con empatía y lo arroje con frustración, para que devore su imperfecta humanidad, con o sin pedestales.
Un filme dirigido por el premiado realizador de videos musicales Anton Corbijn, quien ha realizado algunas de las más grandes joyas videográficas de U2, Depeche Mode, Nirvana, Red Hot Chili Peppers, Metallica, The Killers y Coldplay.

Entre las películas sobre iconos del rock, Control se convierte al instante en una de las mejores de su género. Y sin recurrir a pirotecnia alguna. •••••


Control De Anton Corbijn. Con Sam Riley y Samantha Morton. Reino Unido/Estados Unidos/Alemania/Japón. 2007.
Foto: MV FILMS

NOTA: UNA VERSIÓN EDITADA DE ESTA CRÍTICA SE PUBLICÓ EL 10 DE OCTUBRE DE 2008 EN EL SUPLEMENTO LA BUENA VIDA DE EL INFORMADOR, DIARIO INDEPENDIENTE.