9.10.08

A veces puedo ver tu alma. "James" no es otro nombre propio.

Lo confieso. Aunque soy admirador de James (tengo sus discos, me sé sus canciones) nunca imaginé que el concierto que estaba a punto de ver iba a convertirse en uno de los mejores de este año en Guadalajara: Cerca de tres mil personas, 130 minutos de canciones con doble encore, una banda que trabaja la materia prima del pop rock con la pericia que sólo da la experiencia, y un Tim Booth de batería autorrecargable, inagotable, de voz hipnótica y movimientos epilépticos.
Con un set list extendido frente a lo que han tocado en otras plazas, los integrantes de James demostraron que han exudado los venenos del stardom para enfocarse en una sana fidelidad musical, una congruencia estilística que pocos pueden presumir. En directo, su sonido en estudio permanece pero no se repite, parece inmune a las erosiones del tiempo y las tendencias. Es música pop palpitante.
A lo largo de la noche, James privilegió los cortes más brillantes de su nuevo álbum "Hey Ma" (Waterfall, Bubbles, Oh my heart, la oda sobre la migración en México Upside así como el que da título al disco), pero sin descuidar sus clásicos más categóricos (She's a star, Laid, Sit down, Tomorrow, el coreadísimo Sometimes, Getting away with it (All messed up), Just like Fred Astaire, el infaltable Say something...).
Una noche de energía circulante. Una noche en la que todos nos llamamos "James".

James. 8 de octubre de 2008. Foro Expo (Guadalajara, México). 2,500 personas.
Foto: MERCURY RECORDS

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